martes, 8 de diciembre de 2009

Las siete Leyes del caos. John Briggs y David Peat

Las Siete Leyes del CaosDesde el Rizoma
Gilberto Hernández Quirós, M.Sc.
La libertad de cada persona dentro de una sociedad está claramente definida por su comportamiento y accionar social y dentro de la ética individual y social de cada pueblo. El “efecto de la mariposa” forma parte de la libertad de cada individuo, según John Briggs y David Peat en su libro Las Siete Leyes del Caos[1], y el cual se puede concebir como el eje principal para acceder a la libertad necesaria para poner en práctica esa influencia sutil positiva que cada uno de nosotros posee para lograr cambios estructurales positivos a nivel personal y posteriormente proyectados hacia los demás.
Ante todo, es preciso transgredir positivamente e ir más allá de los conceptos tradicionales de ética individual y proyectarnos de forma holística. Sería un cambio desde la ética individual hacia una ética holística por medio de la influencia sutil. Por otro lado, la influencia sutil, en su sentido negativo o connivencia hace que las personas se mantengan cohesionas a ciclos límite que les impiden transgredir y lograr cambios fundamentales. La connivencia también va en contra del desarrollo creativo de las personas. Lo anterior se resume de la siguiente forma:[2]“La suma social total de los pequeños esfuerzos cotidianos de todo el mundo, especialmente cuando se aúnan, libera indudablemente bastante más energía en el mundo que las hazañas heroicas singulares. Ese total incluso logra que el esfuerzo individual parezca algo minúsculo, como un grano de arena en la cima de una montaña con un sentido megalomaníaco de su propia importancia.”Para lograr que haya cambios estructurales y tratar de satisfacer las urgencias educativas actuales, es igualmente necesario comprender la importancia de la renovación colectiva y de la autoorganización social. El Internet es la forma más clara de autoorganización social en el campo de alta tecnología. La vida misma es un caos que en sí no es más que el inicio de la desestructuración y autoorganización de sistemas colapsados o a punto de colapsar.La comunidad cibernética actual nos puede ayudar a proyectar nuestros conocimientos y lograr transformaciones personales y colectivas por medio de la educación en línea y la difusión diaria de información, descubrimientos y noticias mundiales. Sin embargo, también la comunidad cibernética, al ser caótica y no regulada, hace que muchas personas la utilicen con propósitos nefastos para difundir información nociva para la humanidad misma como por ejemplo instrucciones y manuales para suicidarse, para asesinar, sitios de pornografía infantil, zoofilia, y drogas entre muchas formas de divulgación nociva que crea adicción y problemas psico-sociales y afectivos. ¿Cómo vamos a descontaminar la red?Ante estas formas de caos informático, es preciso tener la capacidad de autoorganizarnos y saber discernir la información que debemos difundir, modificar, evitar o penalizar. La autoorganización social actual también requiere encontrar las formas de cómo democratizar la información y cómo lograr que la mayoría de las personas en el mundo tengan acceso a los sistemas de información. Ese es un gran reto para las sociedades actuales. La descontaminación en la era virtual se puede lograr solamente por medio de la autoorganización social consistente. La consistencia se refiere a pensar, hablar, y hacer las cosas de la misma forma. Los entes más importantes en esa autoorganización y consistencia organizativa son el hogar, la escuela, los medios de comunicación y la proyección social del gobierno.

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